Clasificación según la presencia de microorganismos
Para los fines de este blog,
se mencionara solamente una de las tantas clasificaciones existentes para los suelos.
Se hará la descripción de la clasificación según la presencia de
microorganismos en él.
Suelos tipo putrefacción: Cuando en los suelos cultivados se introducen materiales orgánicos, éstos se transforman rápidamente en sustancias inorgánicas y al descomponerse liberan energía en forma de gas y calor,produciendo con ello contaminación. A este fenómeno se le denomina “suelos en
putrefacción”. El fenómeno de la putrefacción es una transformación inorgánica
que se origina por la transformación de materiales intermediarios inestables en
el momento en que los materiales orgánicos son descompuestos por los
microorganismos. Los materiales intermedios y el calor formado en este fenómeno
generalmente son perjudiciales para los animales y las plantas, y no pueden ser
utilizados como energía. Los suelos en estado de putrefacción son patógenos y
favorecen el surgimiento de insectos y enfermedades en los cultivos. Los
fertilizantes sintéticos así como los venenos agrícolas perjudican constantemente
las funciones biológicas y básicas en los suelos: cuanto más son utilizados,
más fortalecen la tendencia de los suelos hacia la putrefacción.
Tomada de:
Suelos tipo bacterias purificadora: La clasificación biológica de este tipo de suelo
está limitada a la mayoría de los suelos de los bosques forestales nativos, los
cuales poseen una gran acción purificadora en función de su estabilidad
biológica y por la poca o ninguna acción antropocéntrica y desastres naturales
que en ellos ocurren. Cuando estos suelos cubiertos por bosques sufren los
impactos de la tala, la roza, la quema y la siembra, muestran su acción
benéfica de purificación biológica y gradualmente los sistemas agrícolas
explotados en estos suelos agotan esta acción. Inicialmente, los cultivos
realizados en este tipo de suelos, después de la primera tumba y quema, traen
buenos resultados durante los primeros ciclos agrícolas mientras duran y actúan
las reservas de las bacterias purificadoras y las cenizas. Después de un tiempo
muy corto de cultivo el humus comienza a disminuir y a desaparecer y la acción
de las bacterias declina. Con este fenómeno el suelo se transforma en el tipo
putrefacto y los microorganismos patógenos, que al inicio eran limitados por la
estabilidad y el equilibrio microbiológico, aumentan gradualmente hasta
transformarse en un serio problema dependiente de insumos y en ciclo vicioso de
enfermedades.
Suelos tipo fermentación y síntesis: Este tipo de suelo se sostiene a partir de la
efectiva acción del flujo de energía en un ambiente de pureza, sin crear
contaminación. Está confirmado que cuando se fija en el suelo una combinación
microbiológica tipo fermentación-síntesis, no se produce liberación de gas ni
de calor, aun incorporándose materiales orgánicos in natura al suelo.
Por otro lado, también está comprobado que cuando los microorganismos del tipo
fermentación predominan, los materiales orgánicos in
natura incorporados al suelo se transforman en aminoácidos y azúcares,
sustancias de gran importancia para los vegetales, y por lo tanto terminan
siendo reciclados como energía orgánica. En la fermentación se da el proceso
contrario al que ocurre en la putrefacción: los materiales orgánicos se vuelven
sustancias útiles y solubles. La fermentación es el fenómeno por el cual la
proteína se subdivide en diversos aminoácidos, y sustancias vegetales como la
celulosa y la lignina se transforman en glúcidos. En el proceso de la
fermentación los materiales orgánicos se mantienen en el suelo en forma de
energía asimilable, que será programada biológicamente por los vegetales en
forma de energía orgánica sin liberar calor y mucho menos contaminando el medio
ambiente.
Consecuentemente, cuando el
suelo está transformado en el tipo fermentación-síntesis por medio de la
simbiosis de los microorganismos de los tipos de fermentación y síntesis, el
aprovechamiento de la materia orgánica es más efectivo. Suelos de este tipo
tienen la capacidad de transformar las sustancias nocivas que surgen
“espontáneamente” en sustancias benéficas por intermedio de los procesos de
fermentación de síntesis biológica. Esto crea condiciones en los suelos para
que las bacterias patógenas no puedan ser activadas. De esta forma, el suelo
vivo se vuelve puro y saludable y los cultivos se tornan resistentes a los
cambios y las variaciones repentinas del medio ambiente.
La putrefacción no solamente
reduce y perjudica las actividades celulares, sino que también contiene
elementos que provocan el surgimiento de enfermedades e insectos. Con la
utilización de la harina de rocas, abonos orgánicos y biofertilizantes todas
estas anomalías se pueden amortiguar en los suelos, lo cual dará paso firme a
una agricultura al alcance de todos, con seguridad, confianza y con cromatogramas
en manos campesinas. [4] [5]
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